A mí me encantan los cuentos acumulativos y disfruto leyéndolos y más aún contándolos. Los alumnos en seguida descubren lo que se repite y se unen a mí al contarlo. A veces yo me callo y son ellos los que continúan la narración.
A veces son cuentos «para pequeños» pero también les gustan a los de cursos más avanzados, como en este caso. Macarena está en 4º y Miguel este año está en 5º de Primaria.
Una vez leído y comentado «El pequeño conejo blanco» de Xosé Ballesteros. Editorial Kalandraka, cada niño dibujó lo que más le gustó. Después Miguel y Macarena lo contaron por escrito con sus propias palabras. Isabel se está iniciando en el proceso de lectoescritura, por eso no pudo escribirlo, pero sí que sabe contarlo estupendamente.
Érase una vez un pequeño conejo blanco que fue a la huerta a recoger coles.
Cuando volvió a su casa y vio la puerta cerrada llamó: toc, toc. ¡Soy la cabra cabrija y como no te vayas te saltaré encima de la cabeza!
El conejito fue preguntando a los animales que veía que si le ayudaban y todos dijeron que no.
Se encontró con la hormiga. Los dos se fueron para la casa del conejo y llamaron a la puerta: toc, toc…
La cabra dijo que no abría y la hormiga contestó que le picaría en la barriga. A la cabra le dio un ataque de risa.
La hormiga entró por la cerradura, la picó en la barriga y la cabra se fue corriendo.
¡Y LA HORMIGA Y EL CONEJO SE TOMARON SU CALDO!
Macarena Chamorro Villodres
Érase una vez un conejito que salió a por coles. Cuando volvió vio la puerta cerrada. ¡En su casa se había metido la cabra Cabrina! que si le saltaba encima le aplastaba.
Les fue preguntando a los animales que veía, que si querían ayudarle y todos tenían miedo, hasta que vio a la hormiga, que amenazó a la cabra con picarla en la tripa. Entraron en la casa del conejito y la hormiga picó a la cabra.
A esta le dio la risa y salió corriendo, la hormiga y el conejito prepararon un caldo
Miguel Moreno Narrillos