12 de Septiembre de 2011
Al entrar surge, como otras veces, el problema de quién entra primero. Algunos, según una madre, ya han
venido corriendo para ser los primeros en entrar. Saben que eso no vale, pero por si acaso…
El otro día entramos de menor a mayor. Hoy , de mayor a menor, hasta que hagamos el turno rotando. Los alumnos saben hacerlo y llevan muy bien el turno. Saben mejor que yo a quién le toca
entrar cada día el primero.
Contamos algo del verano y , como todos los lunes, el fin de semana. Cuando le toca a Daniela dice que no quiere. Casi llora y se va hacia la puerta para irse a casa. La voy tanteando y creo que ella me va tanteando a mí. ¡ Daniela, vamos a escuchar la canción de Papelote y Papelillo! Con la música, baila, aplaude y parece que ya ha remontado el primer enfado.
Le digo que vaya a dar el desayuno a Papelillo y Papelote y vuelve a oponerse. Ahora quiere hacer
plastilina.
– Cuando les des el desayuno a los muñecos, hacemos plastilina.
Lo resuelve rápido. En seguida me dice que ya se lo ha dado. Se va a hacer plastilina. Está muy poco tiempo en cada actividad. En seguida quiere cambiar.
Me debato entre mantenerme en lo que le propongo y ceder ante lo que ella expresa. Me mantengo en lo propuesto, pero estoy cercana, animándola.
¡Otro reto! : recoger antes de pasar a otra actividad. Tengo que negociar con ella y decirle que yo la ayudo.
Poco a poco va recogiendo con mi ayuda. Así vamos dando pasos.
Ahora me invento una estrategia. Está con un muñeco ( un zorro que se llama Rayo)
Vicen: Rayo, ¿quieres hacer un puzzle?
Daniela : ¡Yo quiero!
Vicen: Rayo, te va a ayudar Daniela.
Daniela : Soy su mamá.
Vicen: Te va a ayudar tu mamá.
Mientras tanto, el resto de niños están en lo suyo. Vega y Miguel juegan en la alfombra. Vanesa y Gabriel, han estado leyendo conmigo ( En verano han leído y se les nota avance). Después clasifican en tres columnas los nombres del texto leído (personas, animales, cosas)
Vega y Miguel vienen a trabajar. Vega hace una ficha de Matemáticas y mientras, leo con Miguel. Le pongo trabajo y leo con Vega. Luego estrena el libro de Lengua.
Trabajar de forma autónoma es un valor y en las aulas unitarias, además una necesidad .
Salimos al recreo. Daniela saca una pala y un cubo. Vanesa y Gabriel quieren jugar a la Rayuela (dibujan una muñeca en el suelo y empiezan) Miguel juega con la diana, hasta que después de un rato abandona, porque no le resulta fácil. Le digo que es bueno intentar más veces y no ceder ante la dificultad, pero por hoy lo deja. Ya veremos qué pasa mañana.
Vega quiere jugar con los de la Rayuela, pero ponen excusas. Hablo con Gabriel y Vanesa que dicen que quieren terminar ese juego y que luego puede jugar con ellos. Me parece que no están por la labor. Hablo con ellos y , al final, aunque creo que no de muy buena gana, acceden a que juegue.
Llega Mar, la profesora de Educación Física, y seguimos con los tanteos de Daniela. Está un rato conmigo y
otro con ella. Trabajar en Educación Física con niños de distintas edades, requiere preparar bien el trabajo de cada uno, tener claras las distintas propuestas y dosis de creatividad. ¡También en las demás áreas! Si se cumple lo anterior y se tienen recurso, me parece un trabajo precioso. Lógicamente, los años de experiencia ayudan.
Yo, claramente, elijo el aula unitaria.
Volvemos al aula. Cada uno de los mayores continúa el trabajo iniciado y Daniela se va a la alfombra. Coge un
teléfono del Rincón de Juegos y me llama. Dice que ella es mi mamá. Le digo que me llame más tarde que estoy trabajando con los niños.
“ Entro en el juego”. Cuando ya no me necesitan los otros cuatro alumnos, la llamo yo por teléfono para decirle que voy a comer. Seguimos jugando. Ella propone, hace su rol y yo hago lo que ella me dice. ¡Estamos jugando y se han cambiado los papeles!
Ahora la veo contenta, después de superar un momento de llanto sentada en una silla porque quería hacer algo distinto de lo que yo le había propuesto. Después de un rato de llorar, la he cogido en brazos, la he acurrucado y después hemos hablado. La dejo y sigue jugando sola.
Reviso el trabajo de los de 1º, 3º y 5º y se ponen a leer un rato hasta la hora de salida.
A pesar de todo, hay que felicitar a Daniela que aún no tiene 3 años y es capaz de estar 4 horas, sin periodo de adaptación “formal”, aunque está viviendo una experiencia de adaptación importante ¡ y yo con ella!
De alguna forma, yo también estoy viviendo un periodo de adaptación a la nueva situación.