Después de haber caminado un rato, de repente se oyeron unas voces que decían: ¡¡¡A COMER!!!
Los dos sabían que eran sus madres, pero no querían dejar el misterio a medias. Rufus le explicó que tenía que irse a comer porque si no su madre le iba a castigar. Ella también se fue a comer. Mientras se alejaban, Frida le dijo:
– ¡Come rápido!, por favor.
-Comeré como un rayo si hace falta, le contestó.
No había pasado media hora cuando los dos amigos ya estaban juntos otra vez. Frida no se esperaba que fuese a llegar tan pronto, pero así fue mejor porque seguirían antes con el misterio.
Mientras caminaban oyeron un gran grito agudo que decía: ¡¡¡SOCORRO!!!
Rufus dijo:
– Viene del pajar.
Frida angustiada le contestó:
-Pues vamos, date prisa.
Los dos corrieron lo más rápido que pudieron y al llegar descubrieron que Flúor, el chotito que había nacido hacía mes y medio, estaba en peligro. Dos alpacas gigantes le iban a caer encima y no podía moverse porque se había hecho un esguince.
– Yo me quedo aquí, dijo nerviosa Frida.
– Yo iré a avisar a alguien mayor, contestó Rufus.
– ¡Vale, date prisa!
– ¡Correré tan rápido como un tren!
Como Rufus tardaba mucho y las alpacas estaban a punto de caerse, Frida no tuvo otro remedio que entrar en acción y mientras corría como un correcaminos cogió a Flúor y le sacó de allí inmediatamente.
A poco tiempo de lo que había sucedido, llegó Rufus con Liqui, la vaca con más años de la vaquería. Dijo nerviosa:
-Menos mal que no ha habido heridos.
Contestó Rufus: Si, menos mal.
Liqui llevó a curar a Flúor y los dos amigos siguieron caminando intentando descubrir por qué Frida es super multicolor.
Gabriel Guerra López
CONTINUARÁ….