CAPITULO 4º
Por el camino se encontraron con Pluto, el padre de Flúor, que los invitó a merendar porque habían salvado a su hijo. Mientras merendaban todos juntos, Frida y Rufus explicaron a Pluto lo que estaba pasando. Rufus dijo:
-¡Venga, vámonos!
-En mi casa siempre seréis bienvenidos, exclamó Pluto.
-Nos pasaremos por allí en algún rato, contestó Frida.
Siguieron con el misterio por los lugares donde había yerba seca y mustia. Allí se encontraron con un montón de chotitos alegres que estaban jugando al henobol.
Los dos se sentaron y los miraron jugar. Frida vio en los ojos de Rufus las ganas apasionantes de jugar con ellos. Entonces Frida exclamó:
– Vete a jugar con ellos, Rufus.
– Pero te hice una promesa y no la quiero romper.
– No pasa nada de verdad, anda vete a jugar.
– Vale, iré.
Rufus sin pensárselo se fue corriendo a jugar. Y Frida a su rincón favorito.
Gabriel Guerra López
CONTINUARÁ…