Hace unos años, Miriam Cortés inventó esta fábula, a partir de una moraleja dada. Este trabajo está en la escuela. He tenido ocasión de entrar en contacto con ella y le he preguntado si le importaba que lo publicara en el blog. No tiene inconveniente en que aparezca. Así que, con todos ustedes…
LA PALOMA Y EL BURRO
Erase una vez una paloma y un burro que se llevaban muy mal. Un día se encontraron en un bar y el burro le dijo a la paloma que si le podía invitar a un bocadillo, que tenía mucha hambre. La paloma se lo compró y el burro se fue. El burro se comió el bocadillo y se fue a su casa.
Al día siguiente al burro le llamaron y le dijeron que su abuela estaba en el hospital muy mala, y que si podía que fuera a verla. El burro tenía un gatillo recién nacido. No podía dejarle solo porque si no se moría pero tampoco se lo podía llevar al hospital. Entonces decidió preguntar a la paloma que si se podía quedar con él. La paloma le dijo que no se preocupara que ella le cuidaría muy bien.
Al cabo de dos semanas llegó el burro y fue a por su gatillo. Cuando llegó se quedó impresionado porque había crecido mucho.
Cuando pasó un mes la paloma y el burro se volvieron a encontrar y quedaron para dar un paseo por el campo. La paloma dijo al burro que se llevara al gato que le quería ver porque hacía mucho que no le veía.
Cuando estaban dando el paseo el gatillo se escapó y se subió a un árbol; la paloma dijo que ella subía a por él. Subió y le cogió. Cuando estaban volando por el aire unos cazadores la dispararon y cayó al suelo. El burro fue y se llevó a su gato y a la paloma la dejó allí tirada y le dijo: ahora te fastidias.
¡Menos mal que una amiga suya la encontró y la ayudó y no le pasó nada de nada!
FIN
Moraleja: Las almas innobles por el bien que les haces, devuelven coces.
Miriam Cortés
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